viernes, abril 29, 2005

Consciencia y auto-consciencia

Sé que soy yo el que escribe. No puedo evitarlo. Sé que soy yo el que es aquí y ahora. Y qué! Gano algo? Soy mejor? Es un privilegio?

Sé que no siempre supe esto, al menos de una forma tan potente. Quizá fue aumentando gradualmente, a medida que mi cerebro fue madurando. En principio, sólo fui consciente, pero no auto-consciente: Sabía (aunque no me daba cuenta) que las cosas estaban ahí. Podía transitar entre ellas y usarlas también. Jugar y correr entre objetos y seres (objetos extraños) que me son conocidos desde pequeño. Pero esto de darme cuenta de mí mismo...

Todo esto sé y me han dicho que no existe otro ser que sea capaz. A partir de este dato nacen en mi mente sinnúmero de preguntas. No me siento del todo grato. Algo me huele mal. Es raro ser consciente de uno mismo. Soy como un bicho para mí. Puedo observarme y sentirme. Sé que lo hago y no puedo evitarlo. Eso me hace distinto quizá. Pero no sé si es un privilegio, no sé si eso me hace mejor. (Continuará)

martes, abril 26, 2005

El sano escepticismo

Mis alumnos siempre me preguntan si creo o no creo en dios. Parece que es una cuestión importante o que provoca inevitable curiosidad. Y yo respondo honestamente: No.
- Ah! Es ateo.
- No tanto. No sé si dios existe o no, sólo digo que yo no creo. No tengo fe.
- Pero es lo mismo, pues.
- Claro que no. El ateo afirma que dios no existe (Y generalmente no tiene pruebas de ello), yo no niego esa posibilidad.
- ¿'Escéptico'?
- Sí. Dudo, racionalmente dudo. Trato de mantener una actitud más bien independiente respecto del conocimiento. Me gusta hacer uso de mi derecho a disentir, a criticar... buscando acercarme a la verdad.

- Pero eso es fome, ¿no?
- A mí me encanta, hasta lo encuentro divertido.

Claro que no me dedico a enseñar a mis alumnos a no creer en dios -como me dijo una colega (Aunque ella sí se dedica a enseñarles a creer). Mi intención es hacer filosofía 'con' ellos. Quizá no todos lo entiendan, o incluso vean esto con malos ojos, pero el asunto es que la realidad humana no está ahí para que uno meramente se adapte a ella. Yo voy más allá, pretendo hacerla mía, cambiarla (Tratar, al menos), co-crearla... y contagiar a mis alumnos de esas ganas.
Ey! Si alguno de ellos cree en dios, ¡bien por él! Yo lo apoyo a creer mejor, con más conocimiento de su religión, de la tradición en que nace, etc. Repito, escepticismo no es simplemente no creer, sino buscar, siempre buscar, racionalmente... hasta donde sea posible.

viernes, abril 22, 2005

¿Por qué dios (Jehová) creó al demonio (Lucifer)? (Segunda parte)

A partir de lo dicho, podemos incorporar a otro personaje bíblico (¿histórico?) importante: Jesús (para algunos, "el cristo"). Claro, si ya está el contexto señalado -con el Mal incluido- ahora es tiempo de "enviar al Salvador". Uf, a qué viene realmente? Pues a cumplir la Palabra. Eso! Todo es cuestión de "cumplir la Palabra", y no es posible que haga otra cosa... si dios ya tiene todo previsto. Malo malo, pues: ¿Acaso Jesús fue capaz de actuar por sí mismo, más allá de los designio divinos? No! Entonces... no actuó libremente. (Continuará)

El cliché: la fuerza de la sinrazón

Es muy probable que en nuestras conversaciones o en la televisión hayamos oído decir con extrema naturalidad que "el hombre es un ser social", y es probable también que no pongamos en duda dicha afirmación. Algo hay en ella que nos hace aceptarla incondicionalmente. Quizá se explique esa 'natural' aceptación por el hecho de no ver nada en ella que nos provoque rechazo, o simplemente ocurre que ya la teníamos incorporada a nuestro repertorio de 'clichés' (frases hechas) que aprendimos-memorizamos en la escuela. El asunto es que con ella podemos terminar una discusión y aparentar gran sapiencia: la frase sirve, funciona. Otra cosa es que tengamos claro su real significado, su origen o el contexto en que fue planteada por su autor.

Como toda frase hecha, ésta también se reconoce por no tener crítica cuando es formulada. Su uso obedece a una realidad pocas veces estudiada por quienes recurren a ellas. Están enquistadas allí donde no existe crítica, en nuestra infancia, en nuestra ignorancia, en nuestra mediocridad acultural típica.

No se trata de que extirpemos 'porque sí' ese 'recurso lingüístico', pues eso sería tan lelo como su uso indiscriminado. El asunto es recordar que somos 'los racionales' y analizarla, echarle una miradita desconfiada, tenerla en duda, ¡ésa es la cuestión!. Es muy probable que terminemos por reconocer que sí es correcta, que somos sociales, pero ahora ya no será, para nosotros, una mera repetición sin mayor sentido, pues podremos poner los puntos sobre las íes: somos sociales en la medida que dependemos de los demás para sobrevivir; hemos sido educados para adaptarnos a la sociedad; nuestra conformación neuro-estructural facilita conductas sociales que se pueden canalizar mediante la educación (formal e informal), etc. En eso consiste ser racionales, ¡en usar, aunque sea de tarde en tarde, la razón!

miércoles, abril 20, 2005

¿Enamorarse o amar?

Por supuesto, sentirse enamorado y amar no pueden entenderse como sinónimos. Allí donde surge el enamoramiento están presente pulsiones y cosquilleos que no conoce el amor. El enamorado es un eterno perseguidor de sentimientos pasajeros: que ese perfume, que su mirada, que esa sonrisa, qué sé yo... Nada le parece definitivo y no busca seguridades, sino promesas y suspiros. Los 'por siempre', 'eres mi vida', y las miradas fugaces lo colman hasta el borde de las felices taquicardias. Pura adolescencia.

El enamorado -o la enamorada- carece de objetividad, todo lo vuelve 'sentimiento'. Quiere que lo quieran, está atrapado en la sedocidad de la egolatría, dulce ilusión de los que seducen, pero nada más. En esta veloz carrera a dúo, los arrumacos son el lubricante de cualquier gesto. No se busca la profundidad (que incluso puede ser 'peligrosa'), aquí la cuestión es rozar y fingir. La cadencia va y viene desde una individualidad inmadura que apenas comienza a salir del cascarón y teme dar 'demasiado'. Desconfía tanto porque el sufrimiento 'por amor' le parece enemigo del placer. Aunque sea con algo de mentirillas blancas este sentimiento y esta opresión casi casi angustiante tienen un gustillo que satisface estos primeros coqueteos con el 'mundo exterior'. Nada de compromisos, sólo promesas de eternidad, sólo promesas...

La búsqueda de pareja se pretende necesaria, vital; mas nada se dice de los porqué de esa supuesta necesidad.

No creo que se trate de mala intención. Las verdaderas causas están ocultas para un tipo semejante de precocidad juvenil. Mandan las emociones y el satisfacer 'instintos básicos' de placer. Todavía no se accede al mundo frío del razonamiento, de las causas, de la profundidad del amor.

viernes, abril 15, 2005

¿Por qué dios (Jehová) creó al demonio (Lucifer)?

Se supone que somos libres, se supone que tenemos 'libre albedrío'. Mmm Lindo, pero... otra cosa podemos obtener desde el relato bíblico. Mira... si Jehová es omnipotente y omnisapiente, o sea, si todo lo puede y todo lo sabe, es obvio que al crear sabe qué pasará con su creación, los límites que tendrá y las variadas gamas de imperfección a las que se verá sometida y todos los altibajos de su existencia. Así las cosas, respecto de Luzbel, ese bello ángel fruto de su creación, también estaba al tanto de su traición futura. Y peor aún: el propio Jehová lo creó traidor, lo creo para que lo traicionara (Continuará).

miércoles, abril 13, 2005

¿Para qué sirve la verdad?

Algunas personas tienden a considerar valioso sólo aquello que pueden reducir a dinero, es decir, para ellos quizá valga más un automóvil que un acto de cortesía.
Si nos preguntamos ‘¿qué ganaré con decir la verdad?’, estaremos razonando en el esquema ‘monetarista’ ya mencionado. Es que decir la verdad, por el contrario, es un acto altruista, de valor incalculable bajo el esquema de libre-mercado. Ser veraz es un acto libre y de total gratuidad. En él me consagro a la aventura de ser cada día más digno.
Una vez que decido –libre y responsablemente- no mentir, engañar u ocultar información malintencionadamente, estoy dando un paso hacia el vacío, pues sólo yo seré el llamado a sostener la palabra empeñada y todas sus consecuencias. Nadie habrá de ocupar el lugar que valientemente hemos construido para ser auténticamente libres.
Decir la verdad es renunciar al influjo de las circunstancias y al estigma de la soledad. Es un acto donde prima la valentía, el compromiso abierto y tenaz con los propios principios.
Quien ose buscar sombra bajo este árbol, tendrá que soportar más de una penuria; pero también habrá frutos maduros que cosechar en la hora de la justicia.
La verdad, por supuesto, no nos hará más ricos, nos hará mejores.

viernes, abril 08, 2005

Hacer el amor... ¿sin sexo?

Nos enseñan a caminar, a leer, a rezar, a ser 'niños buenos'. Nos acostumbran a ser humanos de cierta forma, tal como a ellos les parece que es correcto.
No podemos sacarnos de encima todo ese peso que han depositado sobre nuestros cerebros año tras año. Quizá ni siquiera debamos hacer el esfuerzo. Mmm Pero... tienta el deseo de poder hacer las cosas... nuestra vida... tal como queremos, sin llevar la mala fe de que cada acto y sentimiento no sean más que el reflejo de nuestra educación impuesta. Por ejemplo, días atrás me encontré entablando amistad virtual con una mujer nada de virtual: plena, buenamoza (según la foto), inteligente y... culta. Nos fuimos envolviendo en un mar de emociones y energía vital (libido) hasta la saciedad. Las palabras fueron brotando y quedamos en éxtasis. Lloramos y reímos a enorme distancia física. No hubo contenido erótico (Al menos no explícito. El otro... siempre está ahí, ¿no?), sino profundización en la propia magia de lo que ella y yo somos, en nuestras riquezas y debilidades, en la soledad y en la fuerza por hacer algo digno en este mundo. Al final del gorjeo, estuvimos de acuerdo en que eso también es hacer el amor, pero de una forma nueva, llena de originalidad e intensa hasta el gozo... pero sin contacto sexual. Eso nadie nos lo enseñó.

jueves, abril 07, 2005

La porfiada naturaleza

No somos naturales, no somos parte de la naturaleza, por lo menos, no como los demás animales. Está claro que nuestro cuerpo es la base biológica sobra la cual se enarbola nuestra existencia, pero no nos determina. Más allá de reflejos e instintos, debe aflorar el impulso cultural, la fuerza de la razón, el amor, y todas las virtudes (y defectos) que nos alejan de las simples bestias. En fin, podemos y debemos decir que no a la ceguera de la naturaleza.

martes, abril 05, 2005

Las mujeres trabajan más

Mis amigas tienen razón: la mujer ha logrado avances sociales importantes. Ahora, que esos 'avances' las hagan emerger del sólido machismo... No sé. Claro, ellas trabajan mucho más: fuera y dentro de la casa. Es una cuestión más bien injusta, ¿no? Y, desde luego, a los brutos machos humanos eso les viene como anillo al dedo. Quizá la cuestión haya que replantearla de nuevo, desde la mentalidad machistoide con que ellas mismas nos educan.
Con el perdón de mis amigas, ¿no?: Uf, que es difícil convencerlas de que tienen que ser más cuidadosas a la hora de decidirse a ser más liberales, mira que quizá nos guste ese estilo que han utilizado para asignarse más y más trabajo... y con muy buenas intenciones. Están algo solas en esta batalla.
¿O será que falta que esos de 'nosotros' que aún no se dan cuenta, se pongan a empujar junto con ellas el bulto enorme de la injusticia solapada?.